FISIOTERAPIA GERIÁTRICA

Fisioterapia Geriátrica

Proceso Fisiológico

El envejecimiento es un proceso natural fisiológico por el que todos pasaremos tarde o temprano, sin embargo, existen maneras de prevenir este desgaste natural. La actividad física moderada, por ejemplo, es una de las mejores formas de envejecer de forma saludable.

En este contexto, la fisioterapia tiene mucho trabajo por delante en la prevención y tratamiento de lesiones o patologías relacionada con la edad. Esta rama de la fisioterapia que se dedica a los pacientes de más de 65 años se denomina geriátrica.

¿Qué es la fisioterapia geriátrica?

La fisioterapia geriátrica es un campo esencial a la hora de tratar diversas enfermedades propias del envejecimiento, como el dolor, la pérdida del equilibrio, la funcionalidad articular, la elasticidad o la masa muscular.

El conjunto de técnicas geriátricas están dirigidas tanto a la prevención como al tratamiento de las diferentes patologías consecuencia de la edad, que abarcan un amplio abanico de enfermedades.

¿Cuándo se aplica la fisioterapia geriátrica?

Dentro de esta rama de la fisioterapia, existen una serie de patologías comunes que pueden ser tratadas de manera efectiva, llegando a retrasar su avance.

¿En Qué Puede Ayudar La Terapia?

Aplicaciones de la fisioterapia geriátrica

En la medida de lo posible la fisioterapia geriátrica se encarga de disminuir el dolor, mejorar el equilibrio, reeducar la marcha, mejorar la sensibilidad y funcionalidad articular, recuperar el movimiento, la fuerza, la elasticidad y flexibilidad muscular pérdidas. El fisioterapeuta es el encargado de diseñar un tratamiento personalizado, teniendo en cuenta el estado y las necesidades de cada paciente.

Beneficios de la fisioterapia geriátrica

Dependiendo de los objetivos que el fisioterapeuta quiera perseguir con cada paciente, la fisioterapia geriátrica tendrá unos beneficios determinados. Generalmente, estos beneficios podrán verse tanto a nivel físico como psicológico. Enumeramos algunos de los más comunes:

  • Combate la falta de actividad y mejora su movilidad física.
  • Contribuye a recuperar la flexibilidad y la masa muscular, además de fortalecerla.
  • Aumenta la autoestima del paciente, así como su seguridad en sí mismo.
  • Mantiene de autonomía de los movimientos.
  • Trabaja la sensibilidad y la capacidad articular.
  • Mejora el control postural.
  • Reduce el dolor y puede llegar a retrasar el avance de la patología.
  • Mejora la coordinación y el equilibrio, reduciendo el riesgo de lesiones producidas por caídas.

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